La historia de los antibióticos se remonta a principios del siglo XX, cuando el científico británico Alexander Fleming descubrió accidentalmente las propiedades antibacterianas de la penicilina en 1928. Su descubrimiento revolucionó el tratamiento de las infecciones bacterianas y sentó las bases para el desarrollo de una amplia gama de antibióticos en las décadas siguientes.
Hace 2500 años, los chinos emplearon moho, que es un hongo que se desarrolla en forma de capa sobre materia en Descomposición. Observaron efectos benéficos en infecciones, en especial de la piel. Tiempo después, también los usaron los egipcios y los griegos.