En 1918, tras firmar la paz con Alemania, Rusia cayó en una sangrienta guerra civil. Los capitalistas y terratenientes, apoyados por generales zaristas, políticos liberales y socialistas, revolucionarios, mencheviques y elementos campesinos, intentaron expropiar el poder destituido de los bolcheviques. A los contrarrevolucionarios se les llamaba blancos y a los bolcheviques rojos. Esta situación era ideal para que Gran Bretaña, Francia, Japón y luego Polonia conspiraran para derrocar al gobierno ruso y reiniciar la guerra entre Rusia y Alemania.
Apoyar los objetivos contrarrevolucionarios en términos de tropas, armas, municiones y suministros. Fue Trotsky quien convocó al pueblo ruso, en nombre de la Revolución de la Patria, y organizó el Ejército Rojo, responsable en 1921 de derrotar a la contrarrevolución blanca y a las fuerzas de invasión extranjera.