En diciembre de 1820, Iturbide organizó una guerra contra los rebeldes del sur, y cuando se reveló su poder, ofreció una alianza con Vicente Guerrero. Al darse cuenta de que estaban siendo cubiertos por el Ejército Real, los líderes rebeldes acordaron reunirse con Iturbide en Acatempan y acordaron rescindir el tratado en Iguala. Guerrero incluye las partes más débiles del movimiento: los mestizos, los indios y la casta, y las armas que han sostenido su lucha durante 11 años.
En cambio, ambos reyes querían paz y libertad para el país, a pesar de sus intereses en conflicto. En una reunión en Iguala el 24 de febrero de 1821, aceptaron un plan de emancipación basado en tres principios: religión, solidaridad y libertad.