¡El movimiento nació en México con el grito indígena lanzado al planeta en 1994; uno! ¡Ya basta! Que oponía la dignidad de los pueblos indígenas al neoliberalismo, y manifestaba una resistencia al capitalismo que no se veía desde las luchas socialistas, pero que vas más allá, defendiendo una civilización distinta, en este caso, el de la civilización indígena mexicana.
Continuo con la resistencia, en 1999, de cientos de jóvenes en Seattle ante los encuentros de la Organización Mundial de Comercio y, desde entonces, se ha expresado esta renuencia en cada reunión que efectuase en distintos países del mundo. En todos los casos, sus integrantes comienzan a discutir, a nivel global y por encima de los partidos y las ideologías, en torno a qué alternativas surgen ahora para la humanidad ante la globalización del capitalismo y de la injusticia.
Es un movimiento de resistencia global que se opone a la globalización capitalista con su secuela de desigualdad entre el norte y el sur planetario, el desempleo y las migraciones internacionales, la exclusión y pobreza extrema continentales, tanto como a la catástrofe ecológica global, con el calentamiento planetario y las nuevas guerras imperiales contra la humanidad.