Las interacciones medicamentosas son situaciones en las que un fármaco interactúa con otro fármaco, alimento, suplemento o sustancia, alterando su efecto farmacológico esperado.

Estas interacciones pueden ser beneficiosas, potenciar o disminuir los efectos de un fármaco, o pueden ser perjudiciales, aumentando el riesgo de efectos secundarios o reduciendo la eficacia del tratamiento. A continuación, se describen algunas características importantes de las interacciones medicamentosas:

1. Tipos de Interacciones: Las interacciones medicamentosas pueden clasificarse en varios tipos, incluyendo interacciones farmacodinámicas (que afectan la respuesta del organismo al fármaco), interacciones farmacocinéticas (que alteran la absorción, distribución, metabolismo o excreción del fármaco) e interacciones de tipo físico-químico (como la formación de complejos insolubles que disminuyen la absorción).
2. Mecanismos de Interacción: Las interacciones medicamentosas pueden ocurrir a través de diversos mecanismos, como la competencia por los mismos receptores celulares, la inhibición o inducción de enzimas metabólicas, cambios en el pH del tracto gastrointestinal que afectan la absorción, la unión a proteínas plasmáticas, entre otros.
3. Ejemplos Comunes: Algunos ejemplos comunes de interacciones medicamentosas incluyen la combinación de antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) con anticoagulantes, lo que aumenta el riesgo de sangrado; la administración de ciertos antibióticos con anticonceptivos orales, lo que puede disminuir su eficacia; y la combinación de inhibidores de la bomba de protones con ciertos medicamentos cardíacos, lo que puede alterar su metabolismo.
4. Factores de Riesgo: Existen varios factores que pueden aumentar el riesgo de interacciones medicamentosas, como la polifarmacia (el uso de múltiples medicamentos), la edad avanzada, la presencia de enfermedades hepáticas o renales, y la genética individual.
5. Prevención y Gestión: La prevención y gestión de las interacciones medicamentosas son fundamentales para garantizar la seguridad y eficacia del tratamiento. Esto incluye una cuidadosa revisión de la lista de medicamentos del paciente, la educación del paciente sobre la importancia de informar a su médico sobre todos los medicamentos que está tomando, y la monitorización regular de los parámetros clínicos y de laboratorio.