Las primeras propuestas de una política exterior expansionista de los Estados Unidos aparecieron en el último cuarto del siglo XIX y ciertamente reaccionaban al fin de la expansión interna hacia Occidente, cuyas consecuencias de la transformación del capitalismo (depresión) y la sentimiento de superioridad.
Para 1870, las posibilidades de expansión hacia el oeste habían llegado a sus límites, mientras que la Guerra Civil (1861-65) acababa de trazar un patrón de expansión social en beneficio de las naciones industrializadas del norte; desde 1879, surgieron los primeros fideicomisos y corporaciones económicas. controlado por los Rockefeller, DuPont, Morgan, etc. El resultado de este proceso es la creciente necesidad de expandirse más allá de las fronteras nacionales.
Crisis europea. Tras la unificación de Italia y Alemania, el mapa político de Europa parecía haberse estabilizado y la posibilidad de expansión territorial era más fácil fuera del marco europeo. Por tanto, se anticipó la necesidad de una expansión nacional hacia territorios de ultramar.
Con la expansión del capitalismo monopolista, se produjo un cambio en la ideología política de la clase dominante. La burguesía revolucionaria se ha convertido en burguesía conservadora y las ideas políticas liberales serán reemplazadas por el nacionalismo y sus ramificaciones más o menos radicales: conservadurismo, militarismo, racismo.
El nacionalismo fue separado de su relación con el liberalismo y vinculado a la concepción alemana del mismo: la nación se fundaba en la comunidad cultural. De esta manera, el concepto político de etnia se desvanece y es sustituido por otro concepto basado en la raza, la cultura, la lengua o la religión.
Este concepto se utilizaría para justificar la expansión imperialista. Los sentimientos nacionalistas exacerbaron los sentimientos de beligerancia y venganza entre los pueblos de Europa.
Después de la Primera Guerra Mundial, además de los costos de la guerra, las muertes de hombres en edad productiva también provocaron una crisis laboral. Los países más afectados tuvieron que recurrir a préstamos para la reconstrucción concedidos por Estados Unidos. Todo esto provocó una grave crisis en Europa.
Después de la Primera Guerra Mundial, Europa experimentó una transformación profunda en su paisaje político, económico y social. El conflicto, que duró desde 1914 hasta 1918, dejó cicatrices profundas y cambió la faz del continente. En este resumen, exploraremos los cambios clave en Europa después de la Primera Guerra Mundial y los países nuevos que surgieron como resultado de este conflicto.
El Tratado de Versalles y el Fin de la Guerra:
El 28 de junio de 1919, se firmó el Tratado de Versalles, que puso oficialmente fin a la Primera Guerra Mundial. Este tratado impuso condiciones severas a Alemania, a la que se culpó en gran medida por el conflicto. Las disposiciones del tratado incluyeron la pérdida de territorios, la limitación de su capacidad militar y la imposición de reparaciones de guerra. Esto generó un ambiente de resentimiento en Alemania y contribuyó a las tensiones políticas y económicas en la década de 1920.
Uno de los resultados más significativos de la Primera Guerra Mundial fue la reconfiguración de las fronteras europeas y la creación de nuevos países. Algunos de los cambios territoriales más notables incluyeron.
La Liga de Naciones:
Como parte de los esfuerzos para prevenir futuros conflictos, se estableció la Liga de Naciones en 1920. Esta organización internacional tenía como objetivo mantener la paz y la seguridad mundial. Sin embargo, la Liga no pudo prevenir la Segunda Guerra Mundial y fue reemplazada por las Naciones Unidas después de la Segunda Guerra Mundial.
Las Consecuencias Económicas:
La Primera Guerra Mundial dejó a Europa en una situación económica precaria. Los costos humanos y materiales del conflicto fueron enormes. La deuda de guerra y las reparaciones de guerra impuestas a Alemania ejercieron una presión significativa sobre las economías europeas. La inflación y el desempleo eran comunes en muchos países.
Los Desafíos de la Posguerra:
Europa después de la Primera Guerra Mundial enfrentó una serie de desafíos, incluyendo la reconstrucción de infraestructuras, la atención a los veteranos de guerra, la gestión de la deuda y las reparaciones, y la búsqueda de la reconciliación y la estabilidad en una región devastada.
La Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría:
Los problemas sin resolver y las tensiones políticas y económicas en Europa después de la Primera Guerra Mundial sentaron las bases para la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Los conflictos continuaron durante el siglo XX, y Europa se convirtió en un escenario central para la rivalidad entre las superpotencias y los desafíos políticos y económicos.
El Legado de la Primera Guerra Mundial:
La Primera Guerra Mundial dejó un legado duradero en Europa y el mundo. Desencadenó cambios geopolíticos significativos, moldeó la política y la sociedad del siglo XX y dejó cicatrices emocionales y físicas que perduraron durante generaciones. El continente europeo, después de la Primera Guerra Mundial, se enfrentó a la difícil tarea de sanar y reconstruir en un mundo profundamente alterado.