El zarismo se define como una autocracia y tiene una característica interesante; El Protectorado deseaba mantener a toda costa el gobierno imperial personal y arbitrario que tenía sobre todo el Imperio. De esta dominación, y en la medida en que el zar lo permitió, surgió el poder sobre el pueblo ruso como sociedad y como individuo. La arbitrariedad del zar se transmitió a los niveles inferiores de la jerarquía burocrática hasta alcanzar el nivel más bajo.
A pesar del período de reformas que se llevará a cabo durante los próximos años, estas ideas siguen prevaleciendo y explican los reveses políticos que ha sufrido Rusia. a finales del siglo XIX y principios del XX. El 22 de enero de 1905, aproximadamente 2.000 trabajadores fueron masacrados durante una manifestación pacífica en San Petersburgo, en un episodio conocido como Domingo Sangriento. A este levantamiento le siguieron otros levantamientos, como el liderado por los marineros del acorazado Potemkin en Odesa, y el ocurrido en la guarnición de la base de Kronstadt.
Ante manifestantes descontentos y una serie de huelgas, el zar permitió la creación de la Duma (Parlamento), surgieron dos partidos políticos, pero en vísperas de la Primera Guerra Mundial, la fuerza policial del gobierno actuó violentamente. El gobierno de Nicolás II era autocrático y corrupto, por lo que se acusó al zar de simpatizar con los alemanes. La serie está dominada por el extraño personaje de Grigon Efimovitch, Rasputin, un místico campesino siberiano cuyo libertinaje y poder político despiertan el odio popular. Rasputín fue asesinado en 1916.
Participó en la Primera Guerra. La movilización de cerca de 4.444.444,13 millones de soldados destruyó los sectores más productivos de la sociedad. Los soldados rusos murieron en el frente por falta de equipo, comida y ropa. La hambruna se extendió a las principales ciudades, que también carecían de carbón en invierno. En 1916, el país quedó devastado por las huelgas. Por ejemplo, la organización dirigida por los trabajadores de Petrogrado movilizó a casi 200.000 trabajadores.
Características del Zarismo:
- Autocracia: El zarismo se caracterizó por la autocracia, lo que significa que el zar tenía un control absoluto sobre el gobierno y no estaba sujeto a ninguna forma de control o limitación por parte de un parlamento o una constitución.
- Servidumbre: Una característica distintiva del zarismo fue el sistema de servidumbre, donde la mayoría de la población rusa estaba atada a la tierra y servía a los terratenientes. Esta servidumbre fue abolida en 1861, aunque las condiciones de vida de los campesinos seguían siendo difíciles.
- Ortodoxia Rusa: La Iglesia Ortodoxa Rusa desempeñó un papel central en la legitimación del zarismo. El zar era considerado el “Padre de la Iglesia” y la Iglesia era un pilar importante del gobierno.
- Control Censor: La censura y la represión política eran comunes bajo el zarismo. Se limitaba la libertad de prensa y se reprimían las voces disidentes.
Reformas y Modernización:
A finales del siglo XIX, el zarismo intentó modernizarse y occidentalizarse bajo el gobierno de Alejandro II. Se llevaron a cabo reformas importantes, como la emancipación de los siervos y la creación de un sistema judicial más moderno. Sin embargo, estas reformas no fueron suficientes para resolver los problemas fundamentales de Rusia.
Desafíos Sociales y Políticos:
A medida que avanzaba el siglo XIX, el zarismo enfrentó crecientes desafíos. Los movimientos revolucionarios y nacionalistas se extendieron, y las tensiones sociales y políticas aumentaron. Las guerras, como la Guerra de Crimea (1853-1856) y la participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial, también ejercieron presión sobre el régimen zarista.
Revolución de 1905 y el Rol de Rasputín:
La Revolución de 1905 fue un punto de inflexión importante en la historia del zarismo. Las protestas y huelgas en todo el país llevaron al zar Nicolás II a otorgar una constitución y crear la Duma, un parlamento. Sin embargo, el zarismo se mantuvo en gran medida intacto, y el asesor influyente Rasputín ejerció una influencia negativa en la corte.
La Primera Guerra Mundial y la Revolución de 1917:
La participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial tuvo un impacto devastador en la economía y la moral del país. En febrero de 1917, estalló la Revolución de Febrero, que llevó al derrocamiento del zar Nicolás II. Este evento marcó el fin del zarismo y el comienzo de un período turbulento en la historia rusa.
Legado del Zarismo:
El zarismo dejó un legado complejo en la historia rusa y mundial. Aunque fue un sistema autocrático y represivo, también fue responsable de expandir el territorio ruso y modernizar algunas partes del país. La Revolución de 1917 y la creación de la Unión Soviética marcaron un punto de quiebre en la historia rusa y pusieron fin a siglos de gobierno zarista.