La arquitectura barroca en el Virreinato de Nueva España fue un estilo que se desarrolló entre los siglos XVI y XVIII. Se caracterizó por su extravagancia, ornamentación y grandiosidad. La arquitectura barroca se utilizó principalmente en la construcción de iglesias, catedrales y otros edificios religiosos.
Los arquitectos barrocos utilizaban elementos como cúpulas, arcos, bóvedas y columnas para crear edificios con una apariencia grandiosa y majestuosa. También se utilizaban materiales como la piedra, el mármol y el ladrillo para añadir a la sensación de magnificencia y lujo.
Los detalles y decoraciones eran muy importantes en la arquitectura barroca. Los edificios estaban decorados con tallas de madera, esculturas, frescos y pinturas al fresco. Las fachadas de las iglesias eran especialmente impresionantes, con elaborados diseños y relieves que a menudo incluían figuras religiosas.
La arquitectura barroca en el Virreinato de Nueva España fue influenciada por las tradiciones españolas y europeas, así como por la cultura y la estética de los pueblos indígenas de la región. Esto resultó en un estilo único que combinaba elementos de diferentes culturas y tradiciones.