En el teatro se representan temas bíblicos con fines evangélicos. A fines del siglo de la conquista, apareció en este género el escritor novohispano más famoso: Juan Ruiz de Alarcón, con obras como “Una verdad dudosa”, “Los muros oídos” y “El mal que no saben”. . “. Hablar”. Ya en el siglo XVI aparece el teatro profano con un marcado tono festivo y cómico.

Desde la conquista ha aumentado el número de poetas aficionados que recitaban los romances que luego dieron origen a los populares corridos.

Dos escritores destacados del siglo XVIII fueron Carlos de Sigüenza y Góngora, autor de La Primavera India, y la ya mencionada Sor Juana Inés de la Cruz, criolla conocida desde temprana edad por su sabiduría y saber. con interés. No se hizo monja solo para encontrar un lugar en un convento para desarrollar su intelecto. En vida publicó solamente “Carolas”, “Fábulas de Neptuno” y “San Narciso”, pero sus obras son muy ricas, especialmente “Los empeños de una casa”, además de canciones, epigramas, diez poemas, Sonetos y Rondos. . .

El gusto por la poesía fue fomentado por el establecimiento de varias academias literarias y la publicación de poesía en periódicos, especialmente en la capital virreinal y en la zona de El bajo. Entre los primeros destacan La Encarnación, San José, San Felipe Neri y La Arcadia. En cuanto a publicaciones, cabe mencionar la Gaceta de México, la primera de su tipo, creada en 1722. Antonio Alzate impulsó los boletines literarios a fines del siglo XVII, y en 1805 el primer diario fue El Diario de México.

Joaquín Fernández de Lizardi, conocido como El Pensador Mexicano, cuyas obras incluyen El Perikillo sarmiento, La Mediante, sus novelas Un Quijotita y su prima y Don Catrin de la Facbenda, en las que describió y criticó las costumbres y prejuicios de la época, destaca en el género de ficción satiriza la nueva sociedad española