Implicaciones éticas de la crisis ecológica – Ética y valores 2
Existen varias visiones éticas sobre cómo se relaciona el hombre con la naturaleza:
El antropocentrismo es el modelo ético que ha predominado en la relación del hombre con la naturaleza, bajo es supuesto que el ambiente natural es para el servicio y utilidad del hombre, por esto se ha construido una relación de domino y de enfrentamiento con la naturaleza.
Desde tiempo atrás (siglo XVIII y XIX), el ser humano ha concebido la vida y su desarrollo separado de las dimensiones biológica, social y política, esto a ocasionado que lo natural sea considerado como salvaje y externo al ser humano, a tal grado que cuando se hablaba de problemas ambientales se les concebía como problemas no del ser humano sino del ambiente.
Con estas ideas, se había dado un valor a la naturaleza únicamente de una importancia de tipo instrumental, esto quiere decir, que solo era importante si resultaba útil para el beneficio humano. Este modelo ha definido muchas de las políticas ambientales en muchos gobiernos, en muchos naipes se ha permitido que grandes empresas hoteleras devasten zonas de manglares, sin importar las consecuencias.
Este modelo ha permitido construir el modelo económico que ha imperado en el mundo actual, esto ha sido un factor fundamental para que exista una crisis ecológica, desde la revolución industrial acelero la sobreexplotación de los recursos naturales.
En los tiempos actuales se considera que la crisis ecológica es una crisis de civilización, por esta razón se requieren de medidas drásticas para que pueda ser resuelta, esta solución implica una reconfiguración social a gran escala, cambiando el modelo ético, se señala:
Es de suma importancia reconocer la problemática actual del ser humano en la naturaleza, a la que se ha modificado de múltiples maneras, pero estar conscientes que el ser humano está inmerso en la naturaleza, cuando se habla de la relación del ser humano con la naturaleza, es necesario comprender al ser humano como parte de la naturaleza, pero no significa que se deba vivir en un bosque o en cuevas.
Es necesario replantear la relación del ser humano con la naturaleza desde una visión realista de las condiciones tecnológicas en las que estamos situados, pues la problemática ecológica es también un cuestionamiento al paradigma antropocéntrico.
Es importante reconocer al ser humano como parte integradora de la naturaleza y no como “conquistador” de la naturaleza, esto significa comprender que la crisis ecológica afecta también a especies animales y vegetales así como sus generaciones futuras, considerando que todos los elementos de la naturaleza cumplen una función importante dentro de las relaciones de interdependencia en el equilibrio de la Tierra.
Se deben de tomar en cuenta algunas consideraciones éticas que integrarían el nuevo paradigma, con esto se contribuye a salir de la crisis ambiental y mejorar la relación con la naturaleza:
– Desarrollar un principio de reciprocidad hacia la especie humana y hacia las demás especies.
– Es necesario reconocer que la crisis ecológica no afecta por igual a todos los integrantes del ecosistema ni a todos en el mundo, ya que tiene un impacto más marcado en los países llamados del tercer mundo que en los desarrollados.
– Se necesita concebir el valor intrínseco de otras especies diferentes a la humana.
– El ser humano necesita proponer soluciones desde diversos campos del conocimiento:
– técnicos o económicos,
– Filosóficos
– Ciencias sociales
– Artes.
– Quitar la idea de que la naturaleza está al servicio de la humanidad.
– Se necesitan construir relaciones menos individuales y más colectivas.
– Es necesario desarrollar valores como:
– Responsabilidad
– Reciprocidad.
Para lograr una nueva ética ambiental es necesario la generación de:
– Actitudes
– Valores
Estas actitudes y valores deben ser encaminadas hacia le medio ambiente, este cambio no se lograra de manera espontánea ni inmediata, tiene que ver con un proceso de aprendizaje de diferentes actores relacionados con la problemática ambiental.
El filósofo y teólogo brasileño Leonardo Boff dijo: