La colonización de la Nueva España se inició con la llegada de Hernán Cortés en 1519. Cortés derrotó a los aztecas y estableció la primera capital de la Nueva España, Tenochtitlan, en 1521. Esta ciudad fue renombrada como la Ciudad de México.
A partir de ese momento, España comenzó a colonizar la Nueva España estableciendo un gobierno y una economía basada en el sistema de encomienda. El sistema de encomienda fue una forma de servidumbre en la que los españoles eran responsables de la administración de los territorios de la Nueva España y de la explotación de sus recursos.
Los españoles trajeron consigo su religión católica, que se extendió por toda la región, sustituyendo a las religiones nativas. Esto tuvo un profundo impacto en la cultura y en la sociedad de la Nueva España.
En los siglos posteriores, España siguió colonizando la región, estableciendo misiones, asentamientos y actividades económicas para explotar los recursos de la Nueva España. Esta colonización tuvo un profundo impacto en la cultura y en la sociedad de la región.
Los españoles también trajeron consigo nuevas enfermedades, como el sarampión, la viruela y la influenza, que tuvieron un efecto devastador en la población nativa. Esto contribuyó a una reducción significativa en la población nativa.
La colonización española de la Nueva España tuvo un profundo impacto en la cultura, la religión y la economía de la región. Esto se refleja aún hoy en la cultura mexicana.