Los monopolios y oligopolios son armas de doble filo: por un lado, proporcionan empleo a gran parte de la población; por otro lado, los países en desarrollo corren el riesgo de sufrir una retirada de capital.
Las grandes potencias con industrias desarrolladas invierten en países en desarrollo, a menudo explotados por las grandes potencias pero también incapaces de sobrevivir por sí solos. La exportación de capital permite a los países desarrollados, con las ganancias obtenidas, lanzar negocios que no son posibles para los países pequeños, como los vuelos espaciales.
Gracias al desarrollo del comercio y la industria se han formado importantes rutas comerciales por vía marítima, terrestre y aérea; Se completaron puertos, se construyeron importantes carreteras y se ampliaron los ferrocarriles, proporcionando mejores servicios. En los últimos años, la navegación aérea ha ganado una inmensa importancia.
Las actividades comerciales han sido protegidas por los gobiernos, en el exterior no existen embajadores diplomáticos que reconozcan el país, pero también existen consulados, cuya tarea principal es llevar las mercancías de su país a su destino. Comercio ha utilizado todos los medios para introducir sus productos, como la venta a plazos, con altas tasas de interés, proporcionando a los consumidores el artículo que necesitan de forma sencilla.
La publicidad es también una aliada del comercio moderno y cumple una finalidad encomiable, ya que informa al público de nuevas adquisiciones que pueden realizarse en su beneficio; aunque esto también tiene un efecto negativo por el interés de los coleccionistas. La publicidad debe estar controlada por una “unidad de protección al consumidor” porque no siempre los productos anunciados son los recomendados ni la forma en que se anuncian.
Hoy existe una intensa competencia global por conquistar mercados, la mayoría de los cuales han sido monopolizados por las grandes potencias; Por lo tanto, la tendencia actual no es enviar al extranjero a diplomáticos educados y bien educados, sino a verdaderos genios de la economía y el comercio, hábiles en la disposición de bienes.