El estilo de la arquitectura mudéjar se desarrolló en España durante la Edad Media, y se caracterizó por la combinación de elementos arquitectónicos cristianos y musulmanes. Cuando los conquistadores españoles llegaron al continente americano, trajeron consigo esta tradición arquitectónica, y la incorporaron en sus construcciones en la Nueva España.
En el virreinato de la Nueva España, el estilo mudéjar se mezcló con influencias indígenas y europeas, lo que llevó a la creación de una arquitectura única. En las construcciones religiosas, se utilizaron técnicas de construcción tradicionales de los indígenas, como el adobe y la piedra, combinadas con elementos decorativos y estructurales mudéjares.
Algunas de las características más distintivas de la arquitectura mudéjar en la Nueva España incluyen:
- El uso de arcos de herradura, una influencia directa de la arquitectura islámica.
- El uso de motivos decorativos como azulejos, mosaicos y estucos.
- El uso de ladrillo, tanto en construcciones religiosas como civiles.
- La incorporación de elementos góticos y renacentistas en la decoración.
Ejemplos notables de arquitectura mudéjar en la Nueva España incluyen la Capilla de la Concepción en Tlaxcala y la Capilla de la Tercera Orden en Puebla. Ambas construcciones destacan por su combinación única de elementos arquitectónicos y decorativos de diferentes tradiciones.