En España, la culminación de la Constitución de Cádiz (1820) también fomentó otra oleada de trabajadores, la invasión mexicana encabezada por Don Agustín de Iturbide, y cuando la revolución funcionó y creció como una burbuja, la misma… aumento hizo que el rey poder contra el A la frustración se sumó Apodaca, quien dijo que la causa de España y sus ciudadanos había comenzado a decaer como resultado de su mal comportamiento.
Agachupine accedió a pelear con él, se enojaron, movilizaron hombres armados contra él y su país, y comenzaron a pelear contra otros oficiales, prometiéndoles dinero, honor y otros beneficios; valientes soldados, porque luchan por los que se supone para proteger, y todo esto que hacen, es el espíritu de los soldados llevados por el viento, y finalmente, en la cara, debido a la indiferencia de la gente, se obligan a desobedecer al príncipe Will, y lo deponen en la noche de 5 de julio de 1821.
La VII enfrentó grandes cambios debido a la implementación de la Ley de Cádiz de 1812, que benefició directamente a los criollos y al Territorio, declarando la igualdad jurídica y política para todos los habitantes del Territorio Español.
Fernando VII suprime un plan promovido por los liberales españoles, suprimiendo las Cortes y desconociendo la ley de Cádiz, lo que provoca división y discordia.
A finales de 1819, grupos libres de la ciudad, entre ellos masones y soldados, se negaron a renunciar a la brutal política de Fernando VIL. : “Sinceramente, yo fui el primero, según la ley”, tuvo que admitir. Neo Cortés se mostró muy enérgica contra la Iglesia, aboliendo el poder militar y dando soberanía a todos los ciudadanos. Estos territorios se dividen en tres reinos gobernados constitucionalmente regidos por príncipes españoles o personas designadas por el rey.
Cuando la noticia llegó a la Nueva España, los criollos se ofrecieron a declarar porque les extrañó que el gobernador Juan Ruiz de Apodaca también hubiera prestado juramento a la Constitución en mayo de 1820, que entristece a ricos y ricas. Los líderes religiosos vieron que su uso conducía a la pérdida de riqueza y libertad.
En la Nueva España prevalecen los espíritus libres y la masonería entre los soldados y las clases medias. En la capital, en cambio, se reunió una multitud en una iglesia llamada La Profesa, entre los que se encontraban altos representantes religiosos, miembros de la familia real, ricos terratenientes, algunos Odores y partidarios del absolutismo. Entre ellos está la idea de continuar con la independencia de la Nueva España, proteger sus intereses y eliminar a la familia real española.
El juez Matías Monteagudo, José Antonio Tirado y el presidente de la Audiencia, Miguel Bataller, estaban entre los involucrados en la acusación. Luego pidió clemencia a los virreyes Apodaca y Agustín de Itubide. Los primeros pudieron afirmar que se había restaurado la constitución y se había defendido la libertad de prensa. Iturbide fue elegido porque conocía a los rebeldes, los combatió durante un tiempo y Apodaca le dio el mando del Ejército del Sur con el objetivo de derrotar al último líder de los rebeldes, Vicente Gray Ro.
