Los aliados aprovecharon el dominio de los mares y la situación interna de las Potencias Centrales para bloquearlas desde el principio y obligarlas a rendirse por hambre, evitando así todo comercio. Por eso Alemania considera las aguas territoriales británicas una zona de guerra. Aprovechando que era una isla, Thomas Woodrow Wilson, presidente de Estados Unidos, luchó por la libertad de navegación, pero en 1915 el Lusitania fue hundido y un centenar de estadounidenses murieron, lo que agravó aún más las relaciones entre Alemania y Estados Unidos , rompieron relaciones en 1917, y en abril de 1917, el mismo año, Estados Unidos declaró la guerra al Imperio alemán, lo que permitió a los aliados recibir importantes refuerzos económicos y humanos. Otros países americanos apoyan la política estadounidense.
El Lusitania era un buque de guerra, como ahora se ha demostrado, pero estaba disfrazado de barco mercante; Alemania lo sabía y lo hundió.
Por otro lado, en 1917, cuando Rusia se retiró de los bolcheviques en el poder, Estados Unidos entró en la guerra por dos motivos diferentes: se publicó el telegrama de Zimmerman en el que el gobierno alemán invitaba al gobierno mexicano a unirse a él, con la promesa de que una vez ganada la guerra, México recuperaría los territorios que perdió ante Estados Unidos en 1848. Guerra
Aunque durante los años de la guerra Estados Unidos permaneció fuera del conflicto europeo, se convirtió en un proveedor y prestamista a gran escala de los países de la Entente. Este comercio creó una gran prosperidad en los Estados Unidos.