La implementación de este programa no ha causado problemas ni resistencias. Cuando el pánico disminuyó, la industria estadounidense sufrió mucho por las restricciones que la nueva ley impuso a sus operaciones, y muchas empresas declararon la guerra al New Deal, calificándolo de programa socialista contra el individualismo estadounidense de la economía estadounidense.
Muchos políticos conservadores se rebelaron contra la administración Roosevelt, y la administración se enfrentó a la Corte Suprema porque algunas disposiciones del New Deal parecían inconstitucionales; y así surgió una feroz controversia en torno a la ley estadounidense. Esto afectó los principios fundamentales de la ley.