La historia de vida se enriquece como técnica cualitativa cuando añadimos la perspectiva de la socióloga húngara Agnes Heller. Para ella, la vida cotidiana se forma a través del uso personal de herramientas socializadoras: lengua, hábitos, costumbres, herramientas culturales. El plan diario está marcado por instrucciones comunicativas, básicas en la práctica del intercambio que describen la convivencia, caracterizada por la espontaneidad, la confianza, la generalización, la imitación y la satisfacción del individuo.

Agens Heller ha determinado que la sociología puede mejorar el conocimiento humano si estudia en detalle todos los fenómenos sociales como el gobierno, la democracia, la discriminación, la pobreza, etc., si ya no se entienden a nivel general y cuantitativo sino a nivel detallado. de cómo realmente los experimentamos a diario. Este sociólogo considera el concepto básico de la vida cotidiana como un concepto fundamental.

Para Agnès Heller, la vida cotidiana es uno de los momentos más importantes para recrear y mantener un sistema social. Es un lugar donde todos piensan, sienten y valoran las cosas como si fueran decisiones propias, cuando en realidad quienes dicen que son las grandes instituciones del sistema social. Por ejemplo, la institución del matrimonio es muy importante para el sistema, y ​​esto crea un entorno propicio para que los jóvenes quieran casarse, aspiren e incluso se entusiasmen por ello.

La idea central del concepto de vida cotidiana es que debemos tratar los sistemas e instituciones como entidades que se reproducen con pensamientos, sentimientos y decisiones todos los días.

A partir de esta definición de la vida cotidiana, hay que concebir la sociedad en lentos ritmos cotidianos, y también desde el punto de vista de cómo viven las personas. Así, ya no interesa ver la democracia en general, sino mi experiencia personal y cotidiana por la democracia y debo preguntarme, ¿cuántas veces he participado en una elección libre y democrática?, en otro ejemplo, ya no te interesa saber cuanta pobreza social hay, sino como yo vivo mi pobreza y me pregunto, ¿por cuánto tiempo he sido? Pobre y qué pensamientos y sentimientos me ha dejado?; o podemos decir que ya no me importa que haya dominación en la sociedad, si no como me dominan a mí en lo personal las distintas personas como mi padre, mi profesor, el líder de mis amigos, etc.

Con la perspectiva de la vida cotidiana entramos a todas las rendijas de los sistemas sociales, a mirar la sociedad tal cual la vivimos como personas individuales, con todos los defectos y virtudes, con todas las experiencias positivas y negativas de nuestra convivencia social.

Este concepto es muy poderoso porque valorar una sociedad desde el punto de vista de la vida cotidiana siempre nos deja una sensación de insatisfacción, ya que no hay sistemas sociales perfectos, capitalismos perfectos, democracias perfectas, ni sociedades alternativas perfectas.

Si combinamos la historia de vida con la perspectiva de la vida cotidiana, detallamos muchas de nuestras experiencias tal como fueron. Por ejemplo, decimos “somos mexicanos” como formación general, pero en realidad solo vivimos en uno, dos o tres lugares de México, en regiones específicas, porque hay miles de personas que tienen una forma de ser o de vivir. Mexicano.
En otro ejemplo, si decimos que fuimos a la escuela secundaria o a la escuela secundaria, entonces en realidad pertenecemos solo a uno de sus grupos, “A”, y al lado tenemos otros grupos donde las personas vivían de manera diferente mientras estaban en la escuela, ya fuera un grupo de actuación o no, había más niños que niñas, o estaban más relajados que otros grupos, etc.
Hay al menos diez maneras de ingresar a la escuela secundaria. En otras palabras, aquí combinamos la experiencia inherente a la vida cotidiana con nuestra historia personal.

AGNES HELLER BIOLOGÍA.
Nacido en Budapest, Hungría, 1929-2019. De ascendencia judía, perdió a su padre durante la ocupación nazi y buscó refugio fuera de su país. Seguidor Gyorgy Lukács.
Como miembro del Partido Comunista en diversas etapas juveniles, apoyo los movimientos aperturistas dentro del bloque soviético, cuyas opiniones “el marxismo humanista” se calificarían como “revisión” humanista y van en contra de la política oficial. Es autora de The Sociology of Daily Life (1979), The Sociology of Sensation (1984), Postmodern Politics (1989) y An Assessment of Needs Theory (1996), entre otros libros.