La gravedad de una quemadura se determina por varios factores, incluyendo la profundidad de la lesión, la extensión de la superficie corporal afectada, la ubicación de la quemadura, la edad y el estado general de salud del paciente. La gravedad puede clasificarse como leve, moderada o severa.
La reanimación inicial y los planes de tratamiento se vinculan con el tamaño y la profundidad de la lesión. La quemadura extensa y profunda provoca alteraciones en aparatos cardiovascular y digestivo, y en la coagulación. Puede llegar al choque y a la muerte.