El Movimiento Campesino es muy importante en México porque fue el órgano de gobierno después de la Revolución Mexicana. Después de la victoria del gobierno revolucionario, se llevó a cabo la reforma agraria, los agricultores se unieron a la organización revolucionaria y establecieron la Federación Nacional de Agricultores. La capital y el PRI cumplieron parcialmente con las demandas de la gente común a cambio de lealtad al gobierno de transición. A lo largo de los años, los líderes campesinos se han unido para castigar a los campesinos por sus tierras y brindar apoyo político al PRI. Un buen ejemplo es el gobierno del General Lázaro Cárdenas, que impulsó fuertemente el reparto de tierras.
De 1929 a 1982, esta política fue para satisfacer en parte las necesidades de la gente común, a través de la CNC-PRI, como la asignación de tierras y áreas públicas; y los recursos del gobierno para utilizar el sector ejidal y seguir las expectativas de la reforma agraria.
Este sistema de gobierno ha obstaculizado durante años la movilización de la gente común en las zonas rurales de México, mientras ignoraba a otros, como los jornaleros y las comunidades tradicionales. Algunos de estos grupos pueden crear organizaciones democráticas y autónomas y agencias gubernamentales: