Tras el fracaso de la Junta de Zitácuaro, y con el objetivo de retomar la lucha iniciada por Hidalgo, Allende y los primeros insurgentes, el cura José María Morelos y Pavón fue uno de los caudillos que impulsó decididamente la reactivación del movimiento de Independencia, y bajo su mando el movimiento insurgente tuvo significativas victorias militares y políticas, que debilitaron de manera significativa al poder virreinal, aunque no lograron derrotarlo de manera definitiva.
A diferencia de la etapa inicial de la guerra de Independencia, que tuvo como escenario el centro del país, esta se dio hacia el sur, donde la población en general simpatizó con la insurgencia, y se integraron a las fuerzas comandadas por Morelos: sacerdotes, intelectuales, indígenas y criollos que simpatizaban con la causa.