En 1916 se llevó a cabo por mar la famosa batalla de Jutlandia los alemanes lograron hundir un mayor número de embarcaciones inglesas, pero el esfuerzo de la escuadra germana fue tan grande que no volvió a figurar en la guerra. Al estallar el conflicto, la abrumadora superioridad naval de los Aliados les permitió ejercer un completo dominio del mar y someter a los imperios centrales a un estrecho bloqueo que los aisló del resto del mundo.
Alemania, consciente de su inferioridad naval, se limitó a realizar pequeñas y prudentes operaciones con su flota de superficie, sin decidirse nunca a arriesgarla en un combate decisivo, desarrollan do, por el contrario, gran actividad con su flota submarina en él ataque al tráfico marítimo Aliado.
Los únicos encuentros de importancia que pueden ser considerados como batallas navales fueron los siguientes: un combate entre una división inglesa y otra alemana en agua de Heligoland, a principios de la guerra; que libró la reducida flota alemana del Pacífico, que hundió tres cruceros británicos en Coronel (Chile), pero que luego fue destruida por otra flota inglesa en las Malvinas; la batalla de Dogger-Bank (1915), librada entre cruceros de los dos bandos y la de Jutlandia (1916), la más importante de todas, por los grandes efectivos que en ella intervinieron, pero, como en las anteriores, de resultados indecisos y sin trascendencia importante.